Imaginación sana y positiva: cómo nutrirla en casa

 

La imaginación es uno de los dones más valiosos del ser humano. Gracias a ella hemos creado arte, ciencia, tecnología y caminos para una vida mejor. Pero también es cierto que, si no se orienta, puede derivar en inventos dañinos o ideas que no construyen. Por eso, como escuela, creemos que padres y maestros debemos trabajar juntos para que la imaginación de nuestros hijos sea una fuerza positiva y saludable.

Aquí te comparto 10 estrategias prácticas que puedes aplicar desde casa.

1. Tiempo libre sin pantallas. Brinda espacios donde tu hijo no dependa de aparatos electrónicos. Con materiales sencillos como cajas, telas o botones, puede inventar juegos y personajes. Empieza con 20–30 minutos al día. El reto es la resistencia inicial, pero se logra si papás participan al inicio.

2. Lectura compartida. Lee con ellos historias diversas y haz preguntas: “¿Qué pasaría si cambiamos el final?”. Esto no solo fortalece la imaginación, también el vínculo familiar. Un reto es encontrar el hábito diario, pero 10 minutos antes de dormir funcionan muy bien.

3. Juegos de rol familiares. Disfrácense, inventen historias o representen escenas de la vida diaria. Así desarrollan empatía y creatividad. El reto es vencer la pena; la solución: que los adultos también jueguen con entusiasmo.

4. Naturaleza como inspiración. Un paseo al parque o mirar el cielo nocturno abre puertas a la curiosidad. Pregunta: “¿Qué forma ves en las nubes?”. Requiere disposición de tiempo, pero basta con pequeños momentos.

5. Retos de construcción. Con bloques, reciclaje o utensilios seguros, invita a tu hijo a construir algo “nuevo”. El reto es tolerar el desorden, pero vale la pena: la creatividad florece en el caos controlado.

6. Conversaciones abiertas. Escucha sus ideas sin juzgar. Pregunta “¿y qué más se te ocurre?” en lugar de corregir. El reto es la paciencia, pero con práctica los hijos se sienten más libres para imaginar.

7. Celebrar el error. En casa, los errores se ven como parte del aprendizaje. Si algo no sale, pregúntale: “¿Cómo lo intentarías diferente?”. El reto es cambiar la mentalidad de perfección.

8. Espacios creativos visibles. Destina una caja o mesa con hojas, colores y materiales. Lo difícil es mantener el orden, pero una regla clara (“guardamos después de usar”) ayuda mucho.

9. Inspiración cultural. Escuchar música, ver obras de arte o visitar museos en familia alimenta la imaginación. El reto es el tiempo o el costo, pero siempre hay opciones gratuitas o virtuales.

10. Dar ejemplo. Los hijos imitan. Si te ven leer, crear, cantar o resolver problemas con ideas originales, ellos harán lo mismo. El reto es vencer la rutina, pero pequeños gestos diarios inspiran más de lo que creemos.

Checklist para papás:

  • Dedico un rato al día sin pantallas.

  • Leo o invento historias con mis hijos.

  • Celebro su creatividad aunque no sea “perfecta”.

  • Les doy materiales sencillos para crear.

  • Disfrutamos juntos de la naturaleza o el arte.

La imaginación es semilla de futuro. Cuando familia y escuela caminamos juntos, ayudamos a nuestros hijos a usarla para soñar y construir un mundo más humano, más justo y más feliz.

 
 

El reconocido investigador Juval N. Harari afirma en su libro De Animales a Dioses que uno de los dos atributos más importante del ser humano es la imaginación, mismo que nos ha permitido distinguirnos del resto de los seres vivientes. Asimismo, el escritor mexicano Jorge Volpi en su reciente publicación La Invención de Todas las Cosas, nos hace ver que la imaginación puede ser muy útil o muy destructiva según el uso que le demos. De ahí mi decisión de compartir con ustedes mis ideas.

María del Carmen Salazar Hernández

 
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