¿Y tú, a qué le prestas atención?

 

Escrito por Miss Carmen Salazar Hernández

El 13 de febrero de este año apareció en la sección del New York Times del Reforma un artículo de Charlie Warzel titulado “Él nos advirtió sobre la Internet”.

Ahí nos habla sobre el teórico físico Michael Golhaber, del que nos advierte que seguramente nunca hemos oído hablar, pero a quien describe como un futurólogo que desde la década de los 80, del siglo pasado vio venir con preocupación los efectos de la vida con Internet y del dominio que esta tecnología tendría en nuestras vidas:

Los sitios web personales, la compartición excesiva, la cultura de los “influencers, el auge de la televisión de realidad, terroristas que se apropian de las redes sociales, una forma cada vez más agresiva de hacer política y todo ello con la casi destrucción de nuestra capacidad para concentrarnos.

Desde entonces, Golhaber estaba preocupado con lo que le parecía un exceso de información: que simplemente había más acceso a noticias, opiniones y formas de entretenimiento de lo que uno podía manejar, considerando, como afirmó, que uno de los recursos del mundo es la atención humana, es decir que cuando prestamos atención a una cosa ignoramos otra.

En 2011 Howard Gardner publicó su investigación la “Generación APP” en la que afirma “Resulta paradójico que la tecnología, cuyo objetivo era dejar tiempo libre para la reflexión desestructurada ha tenido el efecto contrario. Los momentos en que nos quedábamos a solas con nuestros pensamientos, ya fuera mientras esperábamos en la sala de un médico, durante el camino a nuestro trabajo o mientras paseábamos al perro, se han visto sustituidos por un uso prácticamente compulsivo de los dispositivos electrónicos con los cuales escuchamos música, enviamos mensajes de texto o jugamos algo.

Por otra parte, la escritora Irene Vallejo en su reciente obra “El Infinito en un Junco” nos relata que en el siglo XIX, el intelectual Mallarmé escribió “La carne es triste y, ¡ay! he leído todos los libros”, pero añade: hoy la humanidad publica un libro cada medio minuto. Suponiendo un precio de 20 euros y un grosor de dos centímetros por ejemplar, harían falta más de 20 millones de euros y unos veinte kilómetros de anaqueles para la ampliación anual de Mallarmé.

Así pues, como podemos ver, la nueva información crece a gran velocidad no sólo a través de Internet sino también mediante la literatura.

Pero regresando a Golhaber, aunque él se encuentra actualmente jubilado y ocasionalmente conecta en línea para compartir posts de políticos su mayor preocupación sigue siendo que vivimos sin reconocer que existe una demandante “economía de la atención” e ignorando su máxima favorita que toma del escritor Howard Reinghold: “La atención es un recurso limitado, así que presta atención en dónde prestas atención”.

Después de 15 meses de clases en línea, estamos a punto de iniciar un ciclo escolar en el que necesitamos enfocarnos en recuperar información y conocimientos valiosos. Un buen momento para ser selectivos porque como bien dice Goldhaber: “Cuando prestamos atención a una cosa ignoramos otra”.