¿Qué es la inteligencia?

 

¿Sabías que no existe una sóla definición de inteligencia? Por ese motivo la mayor parte de los estudiosos sobre este tema dan por aceptada la definición de que “la inteligencia es aquella que nos permite resolver problemas”.

Y… ¿tú sabes que el cerebro no piensa? En realidad el cerebro es un órgano receptor que recibe todo tipo de información y estímulos a través de los cinco sentidos; pero lo maravilloso es que este miembro es capaz de crear la mente, y es la mente la que piensa y resuelve, además de que la mente tiene la virtud de que crea la consciencia, aunque para ello es necesario nutrir a la mente de experiencias, y como es lógico: a mayor número de buenas experiencias, mejor conciencia.

¿Sabías que los neurólogos aún no se ponen de acuerdo con respecto al número de neuronas que contiene nuestro cerebro, pero que el número mínimo aceptado es de 86 mil millones? (86,000,000,000) y que conectadas y entrelazadas entre sí producen las funciones cerebrales y mentales?

 

Otro dato curioso es que lo que distingue a los humanos de los animales no es el peso ni el número de neuronas. El cerebro de elefante, por ejemplo, pesa 4.6 Kg. y el triple de neuronas que el de los humanos. La condición determinante de los humanos es el sobresaliente número de neuronas que existen en la corteza cerebral: 16,300 millones y no el peso de nuestro aparato receptor que es 1,5 Kg.

También resulta interesante saber que en la literatura sobre la inteligencia existen 2 teorías principales: una es que la inteligencia es una y no cambia (factor IQ) y la otra sostiene que la inteligencia puede variar de acuerdo con circunstancias especiales. Con respecto a esta última, la mayor parte de los educadores pensamos que: inteligencia + escuela = potenciación de la inteligencia, aunque esta ecuación no se alcanza de forma gratuita, sino que hay que trabajar, leer, estudiar y crecer en ambientes ricos en aprendizaje, motivación y creatividad.

También es importante cuestionarnos qué tan útil es felicitar o alabar a los estudiantes por su inteligencia ya que expertos en educación como Carol Dweck sostienen que es preferible alabar a nuestros hijo y alumnos por su esfuerzo y no por su inteligencia, porque así ellos se motivan para continuar superándose mientras que Nisbett, incluso, aconseja no prometer premios o recompensas a cambio de logros académicos, dado que el premio va implícito en los logros alcanzados.

Por último, ¿sabías que el cerebro humano tiene, contrariamente a lo que se afirmaba en décadas anteriores, la capacidad potencial de crecer y desarrollarse con calidad durante toda la vida? Pero desde luego no hay que olvidar que a este valioso órgano debemos cuidarlo con buena nutrición, durmiendo las horas necesarias, así como estimulándolo con emociones y experiencias ricas y saludables.

María del Carmen Salazar Hernández

Datos tomados de “Conexiones y Equilibrios" de Eduardo Andere M